06/03/2011

Día internacional de la mujer

Por Hna. Emilia Lizcano García
“La mujer actual debe sembrar entusiasmo, verdad, imitar la primavera y llenarse de energías, regar por donde quiera la semilla de nuevos ideales…” (P. Murcia).
El Documento de Aparecida nos invita a impulsar la Pastoral de la Mujer como una manera de reconocer el proceso histórico que como mujeres hemos ido construyendo a pesar de la invisibilidad en la que la sociedad nos ha mantenido:
“Impulsar la organización de la pastoral de manera que ayude a descubrir y desarrollar en cada mujer y en ámbitos eclesiales y sociales el “genio femenino” y promueva el más amplio protagonismo de las mujeres”.
Por esto, como parte de la Pastoral de la Mujer Arquidiocesana nos unimos a tantas mujeres que desde hace mucho tiempo están construyendo una nueva sociedad, en la que buscamos la inclusión de todas y todos como pueblo de Dios, que soñamos con el reino que Jesús nos mostró, un reino de amor en justicia e igualdad.
Historia del 8 de marzo:
El Congreso Internacional de Mujeres Socialistas, reunidas en Copenhague, en 1910, proclamó el Día Internacional de la Mujer Trabajadora, a propuesta de la dirigente comunista alemana Clara Zetkin, como una jornada de lucha por los derechos de las mujeres. La propuesta fue aprobada unánimemente por la conferencia de más de 100 mujeres procedentes de 17 países.
En el 1911, como consecuencia de la decisión adoptada en Copenhague,  el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez (el 19 de marzo) en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza, con mítines a los que asistieron más de un millón de personas, que exigieron para las mujeres el derecho al voto y el de ocupar cargos públicos, el derecho al trabajo, a la formación profesional y a la no discriminación laboral.
Menos de una semana después, el 25 de marzo, más de 140 jóvenes trabajadoras, la mayoría inmigrantes, murieron en el trágico incendio de la fábrica Triangle en la ciudad de Nueva York. Este suceso tuvo grandes repercusiones en la legislación laboral de los Estados Unidos, y en las celebraciones posteriores del Día Internacional de la Mujer se hizo referencia a las condiciones laborales que condujeron al desastre.
La dignidad y
participación de las mujeres:
Desde la antropología cristiana, se resalta la igual dignidad entre varón y mujer en razón de ser creados a imagen y semejanza de Dios. El misterio de la Trinidad nos invita a vivir una comunidad de iguales en la diferencia.
En una época de marcado machismo, la práctica de Jesús fue decisiva para significar la dignidad de la mujer y su valor indiscutible: Habló con ellas (cf. Jn 4, 27), las curó (cf. Mc 5, 25-34) las reivindicó en su dignidad (cf. Jn 8, 1-11), las eligió como primeras testigos de su resurrección (cf. Mt 28, 9-10) e incorporó mujeres a su grupo (cf. Lc 8, 1-3). La figura de María, discípula por excelencia entre discípulos, es fundamental en la recuperación de la identidad de la mujer y de su valor en la Iglesia.
El canto del Magníficat muestra a María como mujer capaz de comprometerse con su realidad y de tener una voz profética ante ella. (9, 5 documento de Aparecida).
“La mujer actual debe sembrar entusiasmo, verdad, imitar la primavera y llenarse de energías, regar por donde quiera la semilla de nuevos ideales, hacer conocer hasta los más apartados rincones sus derechos; que no está en la vida para vegetar, sino para ser cauce por donde ha de ir la civilización y la cultura a todas partes”. (Jorge Murcia Riaño: Fundador de las Hermanas Juanistas.)
Por esta razón, invitamos a mujeres y hombres a participar activamente de las actividades que vamos a tener para conmemorar esta fecha:
El martes 8 de marzo tendremos una Caminata procesión: desde el parque Duarte, al lado de la Catedral Santiago Apóstol. 4:00 de la tarde.
Eucaristía: en la Iglesia-Santuario Nuestra Señora de la Altagracia, Santiago, 5:30 PM.
Presentación artística Parque Colón, frente a la   Iglesia Nuestra Señora de la Altagracia.

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