Señor mío y Dios mío, llévate todo aquello que no te pertenece, toda avaricia, toda envidia, todo rencor, toda angustia, todo deseo de parecer como el más importante, que se vaya de mi corazón todo deseo de muerte, de destrucción, de poder; que en todo seas Tú, mi rey y mi Señor, que seas para mí lo más importante, que en esta noche sigas realizando la obra que has empezado en mi vida, que mi corazón esté siempre dispuesto para Ti. Déjame abrirte las puertas de mi vida y ser tuyo de verdad, desde hoy y para siempre. Quiero sacar de mí aquello que no conviene, que no me hace bien, que no me genera felicidad. Echar fuera eso que me tiene atado y me roba el aliento. Bendito sea el Señor de mi vida, que ahora me llena de su poder, que en esta noche me reconstruye.
Amén.
Por Alberto Linero Gómez✍
2019
Tema
del Año:
“Un pueblo discípulo de Jesucristo, que escucha,
medita y vive la PALABRA DE DIOS”
Lema
del año:
“Dichosos los que escuchan la PALABRA de
Dios y la cumplen” (Lc 11,28)
Lema
del Mes:
“Hágase en mi según tu Palabra” (Lc 1, 38)
Valor
del mes:
“ACOGE LA PALABRA”
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