19/08/2019

Obispo dice que «la patria está herida» por corrupción, impunidad y otros males



Mons. Fausto Mejìa Vallejo
SAN FRANCISCO DE MACORÍS.- Para monseñor Fausto Ramón Mejía Vallejo «la patria está herida» por la violencia intrafamiliar, la delincuencia y la inseguridad, por la corrupción y la impunidad, por el enriquecimiento ilícito y por el afán de dinero fácil y sin trabajar, entre otros males.
El obispo de la diócesis de San Francisco de Macorís expuso que la patria además «está desgarrada» por el individualismo de unos pocos, que sólo piensan en su acumulación y por aquellos indiferentes y cómodos que sólo piensan en ellos y nada más.
“Pero nos alegra que cada vez sean más, muchos más numerosos, los que se unen y arriman  sus hombros para construir  y para engrandecer nuestro país con su trabajo, su honradez y su entrega  generosa, quienes con su fuerza moral van enarbolando la bandera del desarrollo y de la paz  social”, señaló.
Monseñor Fausto Ramón Mejía Vallejo hizo tales afirmaciones al pronunciar la homilía celebrada en la Catedral Santa Ana con motivo de un aniversario más de la Restauración de la República, actividad a la que asistieron autoridades civiles y militares de la provincia Duarte.
“Hoy es un día memorable y especial para nosotros los dominicanos, porque estamos celebrando esa gran hazaña de Gregorio Luperón y sus compatriotas que restauraron de nuevo la patria que había sido anexada a España”, conmemoró.
Para el religioso, en la actualidad «padecemos  y experimentamos la misma situación» de deterioro  moral, político y económico (y cuidado si con mayor proporción), pues son muchos los que están correteando detrás de los nuevos ídolos del poder, del dinero fácil  y del placer sin límite.
“!Qué vergüenza para esta nación  tener tantas personas  cobrando sueldos de lujo sin trabajar; qué afrenta  para la patria que la popularidad de un candidato a cualquier puesto político sea fruto del dinero, que no importa si proviene de las drogas, de las bancas o del dinero  acumulado cuando  se tuvo el poder, en vez de ser fruto  del servicio  y la honradez de una persona!”, exclamó.
El obispo de la diócesis y también Gran Canciller de la Universidad Católica Nordestana (UCNE), recordó las palabras que pronunció hace tres años en ese mismo escenario sobre «la casa común que es la patria, la que debemos cuidar  y servir, pues ella es esencial en la vida de cada persona  y de cada país, porque ella es el hogar común que nos proporciona los valores, la identidad, la idiosincrasia y la cultura que nos hace diferente a los demás pueblos».
Refirió que son muchos los poetas, literatos, historiadores, políticos, ilustres rapsodas y sociólogos  que han descrito cómo es para ellos la patria, citando en primer lugar a Seneca, en Grecia, que decía “Amamos nuestra patria no porque sea grande, sino porque es la nuestra».
También al poeta alemán Reiner Maria Rilke, que señalaba “La verdadera patria  del hombre es su infancia, porque es la que nos  marca para siempre”, y citó asimismo a Benjamín Franklyn “Donde está mi libertad  allí está mi patria”.
También al afamado Robespierre de Francia, enfático cuando dijo “Se puede abandonar a una patria dichosa y triunfante, pero la patria  cuando está amenazada, destrozada y oprimida no se le deja nunca, se le salva o se muere por ella”.
“Es por eso que debemos tener la patria como una auténtica pertenencia de la que tenemos que sentirnos orgullosos, lo que se manifiesta cuando vemos ondear nuestra bandera tricolor o cuando cantamos el himno nacional dominicano, que se adueña de inmediato de los más nobles ideales de civismo y de patriotismo”, manifestó monseñor.

Tomado de Acento

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