AIRE96FM

02/09/2025

Aprovechemos a Plenitud el Jubileo 2025

 Por Leonor Asilis

El calendario avanza ya estamos en septiembre, y así tambièn se acorta el tiempo de este maravilloso jubileo de la esperanza,  motivo que me mueve a reflexionar junto a ustedes sobre su su gracia jubilar.

Iniciemos recorando que  los años jubilares representan momentos privilegiados de gracia divina, oportunidades para renovar nuestra relación con Dios y con los demás. El Jubileo 2025, proclamado por el Papa Francisco mediante la Bula «Spes non confundit» («La esperanza no defrauda»), se presenta como un llamado urgente a ser «peregrinos de esperanza» en un mundo marcado por desafíos y incertidumbres. 

Este Jubileo es una invitación a experimentar plenamente la misericordia de Dios, arraigada en la Escritura y la Tradición de la Iglesia.

Como nos recuerda San Pablo en Romanos 5:5: «La esperanza no defrauda, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que se nos ha dado».

El concepto de Jubileo tiene sus orígenes en el Antiguo Testamento, donde cada cincuenta años se proclamaba un tiempo de liberación, perdón de deudas y restitución de la tierra (Levítico 25). En el Nuevo Testamento, Jesús lo actualiza al anunciar el «año de gracia del Señor» (Lucas 4:18-19), cumpliéndose en su persona como el Mesías que trae salvación. Teológicamente, el Jubileo 2025 celebra el 2025 aniversario de la Encarnación de Cristo, recordándonos que en Él, la esperanza se hace carne.

 Esta esperanza nos sostiene en medio de sufrimientos, como guerras, pobreza y crisis ambientales, transformándolos en oportunidades de crecimiento: Vivir el Jubileo a plenitud significa abrazar esta esperanza como ancla del alma (Hebreos 6:19), reconociendo que nada nos separa del amor de Cristo (Romanos 8:35-39).

¿Por qué deberíamos motivarnos a vivir intensamente este Jubileo? Porque es un tiempo de gracia extraordinaria, donde la Iglesia nos ofrece indulgencias plenarias que borran no solo los pecados, sino sus efectos residuales, a través del sacramento de la Reconciliación y el peregrinar a un templo jubilar y recibir a Jesús sacramentalmente  en la comunión,  y de nuestra parte, ofreciéndola por las intenciones del Papa y por nuestra alma o por la de un ser querido que haya fallecido. 

En un mundo que a menudo genera desesperanza, el Jubileo nos motiva a ser testigos de esperanza, mostrando signos concretos como la acogida a los migrantes, el cuidado de los enfermos y la promoción de la paz.

Esta gracia particular se basa en la comunión de los santos: nuestras oraciones y acciones benefician sobretodo a nuestros difuntos, fomentando una solidaridad espiritual. 

 Dediquemos tiempo a la adoración eucarística y la lectura de la Escritura, especialmente pasajes sobre esperanza como el Salmo 103: «Es Él quien perdona todas tus culpas, quien cura todas tus enfermedades».

Realicemos obras de misericordia visitando a presos, enfermos, ancianos y pobres; aboguemos por la justicia,  participemos en celebraciones ecuménicas, también en celebraciones locales y comunitarias. Unamosnos y apoyemos  las catequesis y a los eventos juveniles. 

Recordemos que el Jubileo se extiende hasta el 6  de enero de 2026, ofreciendo aún tiempo amplio para vivirlo plenamente.

Cada diócesis del mundo tiene templos jubilares designados por sus obispos.

Comparto los templos jubilares de la Arquidiócesis de Santo Domingo donde resido y que fueron escogidos y dedicados por nuestro Arzobispo, Su Excelencia Monseñor Francisco Ozoria:

Distrito Nacional Sur: Catedral Primada de América, Nuestra Señora de la Encarnación, C/ Arzobispo Meriño e Isabel La Católica, Zona Colonial.

Distrito Norte: Parroquia Sagrado Corazón de Jesús, C/ Mauricio Báez No. 66, en Villa Juana.

Vicaría Norte: Santuario de Schoenstatt, / San Antonio, en la Victoria, Villa Mella.

Vicaría Oeste: Nuestra Señora de la Evangelización, Prl. 27 de Febrero, Esq. Cereza, Urb. Alameda, Santo Domingo Oeste.

Vicaría Cristo de los Milagros: Santuario Cristo de los Milagros, C/ Eurípide Sosa, Bayaguana

Diocesis Castrense: Catedral Santa Bárbara de los Hombres de la Mar, C/ Isabel La Católica #406, Ciudad Colonial.

Una importante aclaración, la parroquia Stella Maris que correspondía a la vicaría este de esta arquidiócesis también lo era,  y ahora lo seguirá  siendo en calidad de Catedral de la nueva diócesis llamada por igual Stella Maris creada por el Papa Leon XIII con los municipios de Santo Domingo Este, San Antonio de Guerra y Boca Chica, y ya cuenta con su primer y  nuevo obispo Monseñor Manuel Ruíz a quien desea

mos muchos éxitos apostólicos.

Finamente, como peregrinos de esperanza, dejemos que el amor de Dios transforme nuestras vidas, perdonando, reconciliándonos y construyendo un mundo más justo.

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