Leí este
artículo, es un poco viejo del 2004, han pasado 15 años, pero lo he considerado de
mucha importancia para lo que estamos viviendo en la República Dominicana. Esto
a propósito de una entreviste que me hicieran esta mañana ara Noticias PI de
Tele Vida.
La emigración seguirá configurando el
nuevo rostro del mundo en los años por venir.
El número de
personas que vive fuera de sus países de origen alcanza ya los 175 millones, el
doble que en la década de 1970, una cifra elevada que altera los parámetros
económicos y sociales del mundo.
Así consta en
la Encuesta Mundial Económica y Social 2004 publicada esta semana por Naciones
Unidas, uno de los estudios más rigurosos que se haya realizado sobre el tema
de los desplazamientos humanos.
Desde la
década de 1970, cuando 82 millones de personas vivían fuera de sus lugares de
origen, la migración ha ido creciendo de manera acelerada hasta alcanzar los
100 millones de personas en la década de 1980 y los 155 millones en los años
90.
En América
Latina y el Caribe hay más de 20 millones de personas que residen fuera de su
país natal y las dos terceras partes envía remesas a sus lugares de origen, las
cuales se constituyen en una importante fuente de divisas para esas naciones.
Así lo revela un informe de la Comisión Económica para América Latina y el
Caribe (CEPAL), difundido esta semana en la capital chilena, y en el cual se
consigna que el mayor flujo migratorio de la región pertenece a los países de
Centroamérica y el Caribe.
La Organización
Mundial para las Migraciones (OIM), inauguró el pasado día 30 de noviembre su
reunión número 88 en Ginebra, Suiza, y en ella se evaluó el impacto de los
flujos humanos y su impacto en el mundo globalizado de hoy.
Gervais
Appave, director del Departamento de Políticas e Investigación sobre
Migraciones de la OIM, indicó en el discurso de apertura de esta reunión que:
"Medir el valor de la migración únicamente en términos económicos es un
error. La migración está vinculada también con cuestiones como la seguridad
internacional y los derechos humanos, la salud pública y la identidad
nacional".
Según el
comisionado jefe del Programa de las Naciones Unidas para los Refugiados
(ACNUR), Ruud Lubbers, "la emigración a menudo ha sido, y es probable que
continúe siendo, un catalizador importante del progreso".
De aquí para
allá
Uno de cada 35
habitantes del mundo, según cifras del Departamento de Asuntos Económicos y
Sociales de la ONU, vive fuera de su país de nacimiento.
De no ser por
los flujos migratorios, los países más ricos se verían abocados a un descenso
en su población, con lo que pasarían de los mil 200 millones de personas en el
2000 a mil millones en el 2050, según cálculos de la ONU.
Igualmente, la
población de los países en vías de desarrollo crecería hasta los3 mil millones
de personas en el 2050, en lugar de los 2 mil 800 millones que se estiman para
esa fecha, teniendo en cuenta el factor migratorio.
Los emigrantes
prefieren desplazarse a un país rico que a uno pobre. A simple vista parece una
conclusión lógica, pero en realidad el fenómeno es relativamente reciente. En
los años 60, de los 76 millones de emigrantes que se calculaban en el mundo,
32.1 millones vivían en países desarrollados, cifra inferior a los 43.8
millones que preferían buscar oportunidades en naciones en vías de desarrollo.
Aportes
El fenómeno de
la migración tiene efectos económicos muy positivos tanto para los países de
origen como para los de destino, según el informe de la ONU.
Los
inmigrantes contribuyen a la economía incrementando la demanda de bienes y
servicios en sus países de adopción, aportan al Producto Interno Bruto (PIB) y
generalmente contribuyen más a las arcas del gobierno de lo que consumen, según
el sondeo.
Uno de los
factores que se debe tener en cuenta son las aportaciones que los emigrantes
hacen a los sistemas de pensiones de los países ricos que, de lo contrario, se
verían abocados a la ruina por el envejecimiento de la población y el descenso
en el número de los individuos económicamente activos, así como también las
bajas tasas de natalidad que se registran en las economías prósperas.
Muy en contra
de los temores arraigados en algunos países acerca de la población inmigrante,
los estudios de la ONU demuestran que no suponen una competencia laboral para
los nativos, ni provocan un abaratamiento de los salarios.
También salen
beneficiados los países de origen de los emigrantes, que cada año reciben en
remesas cerca de 79 mil millones de dólares, cifra que supera al total de la
ayuda al desarrollo que destina la comunidad internacional.
Tierras de
emigrantes
De los 20
millones de emigrantes de América Latina, más de 70% vive en Estados Unidos (15
millones), una cifra que equivale a un poco a más de la mitad del total de
extranjeros recibidos por ese país. En su mayoría, se trata de mexicanos y
centroamericanos.
El estudio de
la CEPAL señala que desde la década de los años 90 se desarrollaron y
expandieron nuevos flujos migratorios hacia Europa, especialmente hacia España.
Según el
informe Panorama Social 2003-200 de América Latina y el Caribe, en 2003 más de
35 mil millones de dólares entraron a la región por las remesas que envían los
emigrados a sus familias desde otros países. En algunos países las remesas representan
el 10% del Producto Interior Bruto (PIB), mientras que en El Salvador,
equivalen a 15% y en Haití al 25%.
También el
estudio destaca la migración dentro de la región, que aunque menos común,
también ocurre. Argentina, Costa Rica y Venezuela son los países que registran
el mayor número de inmigrantes provenientes de países vecinos o del ámbito
latinoamericano. La CEPAL destaca que la pérdida de capital humano y la
desprotección de los derechos humanos de los emigrantes son motivo de
preocupación para los países latinoamericanos.
La emigración
seguirá configurando el nuevo rostro del mundo en los años por venir. También
supondrá retos no pequeños, derivados de temas como las guerras y la lucha
contra el terrorismo, que generarán inevitablemente grandes flujos de
refugiados.
"Definir
a estos dos grupos de gente en movimiento, refugiados y emigrantes, es
importante porque ambos términos se están confundiendo cada vez más, y los
individuos tratados del mismo modo: con desconfianza y rechazo. El cuerpo de
ley internacional está bajo una presión intensa para proteger a los
refugiados", señala Lubbers.
Sea como sea,
la emigración es algo inevitable. Como dice el presentador de noticias de la
BBC de Londres, de origen cingalés George Alagiah: "Si el agua es una fuerza de la naturaleza, la
emigración es una fuerza de la historia. El desafío no es cómo detenerla, sino
cómo dirigirla".
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