08/05/2019

El impacto de las migraciones


Leí este artículo, es un poco viejo del 2004, han pasado 15 años, pero lo he considerado de mucha importancia para lo que estamos viviendo en la República Dominicana. Esto a propósito de una entreviste que me hicieran esta mañana ara Noticias PI de Tele Vida.

La emigración seguirá configurando el nuevo rostro del mundo en los años por venir.

El número de personas que vive fuera de sus países de origen alcanza ya los 175 millones, el doble que en la década de 1970, una cifra elevada que altera los parámetros económicos y sociales del mundo.

Así consta en la Encuesta Mundial Económica y Social 2004 publicada esta semana por Naciones Unidas, uno de los estudios más rigurosos que se haya realizado sobre el tema de los desplazamientos humanos.

Desde la década de 1970, cuando 82 millones de personas vivían fuera de sus lugares de origen, la migración ha ido creciendo de manera acelerada hasta alcanzar los 100 millones de personas en la década de 1980 y los 155 millones en los años 90.

En América Latina y el Caribe hay más de 20 millones de personas que residen fuera de su país natal y las dos terceras partes envía remesas a sus lugares de origen, las cuales se constituyen en una importante fuente de divisas para esas naciones. Así lo revela un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), difundido esta semana en la capital chilena, y en el cual se consigna que el mayor flujo migratorio de la región pertenece a los países de Centroamérica y el Caribe.

La Organización Mundial para las Migraciones (OIM), inauguró el pasado día 30 de noviembre su reunión número 88 en Ginebra, Suiza, y en ella se evaluó el impacto de los flujos humanos y su impacto en el mundo globalizado de hoy.

Gervais Appave, director del Departamento de Políticas e Investigación sobre Migraciones de la OIM, indicó en el discurso de apertura de esta reunión que: "Medir el valor de la migración únicamente en términos económicos es un error. La migración está vinculada también con cuestiones como la seguridad internacional y los derechos humanos, la salud pública y la identidad nacional".

Según el comisionado jefe del Programa de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Ruud Lubbers, "la emigración a menudo ha sido, y es probable que continúe siendo, un catalizador importante del progreso".

De aquí para allá

Uno de cada 35 habitantes del mundo, según cifras del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, vive fuera de su país de nacimiento.

De no ser por los flujos migratorios, los países más ricos se verían abocados a un descenso en su población, con lo que pasarían de los mil 200 millones de personas en el 2000 a mil millones en el 2050, según cálculos de la ONU.

Igualmente, la población de los países en vías de desarrollo crecería hasta los3 mil millones de personas en el 2050, en lugar de los 2 mil 800 millones que se estiman para esa fecha, teniendo en cuenta el factor migratorio.

Los emigrantes prefieren desplazarse a un país rico que a uno pobre. A simple vista parece una conclusión lógica, pero en realidad el fenómeno es relativamente reciente. En los años 60, de los 76 millones de emigrantes que se calculaban en el mundo, 32.1 millones vivían en países desarrollados, cifra inferior a los 43.8 millones que preferían buscar oportunidades en naciones en vías de desarrollo.

Aportes

El fenómeno de la migración tiene efectos económicos muy positivos tanto para los países de origen como para los de destino, según el informe de la ONU.

Los inmigrantes contribuyen a la economía incrementando la demanda de bienes y servicios en sus países de adopción, aportan al Producto Interno Bruto (PIB) y generalmente contribuyen más a las arcas del gobierno de lo que consumen, según el sondeo.

Uno de los factores que se debe tener en cuenta son las aportaciones que los emigrantes hacen a los sistemas de pensiones de los países ricos que, de lo contrario, se verían abocados a la ruina por el envejecimiento de la población y el descenso en el número de los individuos económicamente activos, así como también las bajas tasas de natalidad que se registran en las economías prósperas.

Muy en contra de los temores arraigados en algunos países acerca de la población inmigrante, los estudios de la ONU demuestran que no suponen una competencia laboral para los nativos, ni provocan un abaratamiento de los salarios.

También salen beneficiados los países de origen de los emigrantes, que cada año reciben en remesas cerca de 79 mil millones de dólares, cifra que supera al total de la ayuda al desarrollo que destina la comunidad internacional.

Tierras de emigrantes

De los 20 millones de emigrantes de América Latina, más de 70% vive en Estados Unidos (15 millones), una cifra que equivale a un poco a más de la mitad del total de extranjeros recibidos por ese país. En su mayoría, se trata de mexicanos y centroamericanos.

El estudio de la CEPAL señala que desde la década de los años 90 se desarrollaron y expandieron nuevos flujos migratorios hacia Europa, especialmente hacia España.

Según el informe Panorama Social 2003-200 de América Latina y el Caribe, en 2003 más de 35 mil millones de dólares entraron a la región por las remesas que envían los emigrados a sus familias desde otros países. En algunos países las remesas representan el 10% del Producto Interior Bruto (PIB), mientras que en El Salvador, equivalen a 15% y en Haití al 25%.

También el estudio destaca la migración dentro de la región, que aunque menos común, también ocurre. Argentina, Costa Rica y Venezuela son los países que registran el mayor número de inmigrantes provenientes de países vecinos o del ámbito latinoamericano. La CEPAL destaca que la pérdida de capital humano y la desprotección de los derechos humanos de los emigrantes son motivo de preocupación para los países latinoamericanos.

La emigración seguirá configurando el nuevo rostro del mundo en los años por venir. También supondrá retos no pequeños, derivados de temas como las guerras y la lucha contra el terrorismo, que generarán inevitablemente grandes flujos de refugiados.

"Definir a estos dos grupos de gente en movimiento, refugiados y emigrantes, es importante porque ambos términos se están confundiendo cada vez más, y los individuos tratados del mismo modo: con desconfianza y rechazo. El cuerpo de ley internacional está bajo una presión intensa para proteger a los refugiados", señala Lubbers.

Sea como sea, la emigración es algo inevitable. Como dice el presentador de noticias de la BBC de Londres, de origen cingalés George Alagiah: "Si el agua es una fuerza de la naturaleza, la emigración es una fuerza de la historia. El desafío no es cómo detenerla, sino cómo dirigirla".
Cortesía de: La Prensa


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