06/12/2018

Grandeza de belleza interior


Pascual Ramos
Pascual Ramos
El observar sonreír a una persona radiante de felicidad, es motivo de comprender que la vida es hermosa/bella y que por encima de las debilidades humanas; se puede ser promotor del bien común, abogando por una sociedad fraterna y solidaria; donde brille la luz de la esperanza, indicando que aún existen hombres y mujeres que trabajan de manera incondicional por y para la paz, en una sociedad globalizada que urge de ella. 
    
Es importante saber reconocer entonces, el valor ético y moral de belleza interior que poseen personas; las que pueden ser identificadas, en acciones garantes de estabilidad individual y colectiva; sean estas de índoles materiales o de creencias religiosas/espirituales.
       
 La siguiente argumentación encontrada en https: //amorik.com/belleza-interior-exterior, bajo el título: “La belleza interior vs belleza exterior, ¿cuál es más importante?;  refuerza lo explicado, cuando precisa, que: “La historia tiene muchos ejemplos de personas que han hecho grandes aportes a la humanidad, y pocos podrían considerarse modelos de belleza de su época. Puede que no sepamos cómo lucía Sor Juana Inés de la Cruz en realidad, pero sus versos han llegado hasta el día de hoy, y siguen aplicándose a las situaciones actuales. La belleza interior es importante porque nos hace ser, y hacer, mejor que alguien que sólo es un bonito envoltorio”.  
        
Es posible reconocer belleza interior, en la práctica de la solidaridad; debido a que este es un valor que dignifica lo que se conoce con el nombre de humanismo cristiano, representado en el respeto a la vida, que es lo que caracteriza en las acciones conductuales y de comportamientos, a una persona cuando es inteligente; convirtiéndose en verdadero defensor de los bienes que brinda a sus habitantes la madre tierra/naturaleza, para que estos sean distribuidos de manera equitativa; con justicia, organización y equidad entre el colectivo social.
        
Lo que hay en el interior del cerebro de una persona, es lo que se conoce con los nombres de mente, pensamiento y memoria; desde donde surgen las ideas, que luego sirven, si estas son bien concebidas, como palabras referenciales, con las que se va escribiendo la historia de amor, amistad y paz, que solo se puede apreciar, por los que con conciencia, saben observar, valorar y diferenciar la belleza interior de la exterior, en las actividades cotidianas que realizan las personas; en su afán de progreso y prosperidad.
        
La grandeza de saber practicar en su justa medida el valor solidario de la belleza interior, encarnada en las intimidades del cerebro/pensamientos y del corazón/sentimientos de las personas; muestra la nobleza que cada ser posee en sus adentros, lo que combinado con buenas intenciones exhibidas en las relaciones humanas, mediante expresiones comunicaciones escritas, orales y de gestos corporales; entre otras manifestaciones resultantes de comportamientos forjados en normas disciplinarias de respeto cívico ciudadano, es lo que puede garantizar convivencia de calidad; comprendiéndose en lo ético y lo moral, el significado de honra y honor que encierra en su máximo contendido gramatical, sobrepasando incluso fronteras idiomáticas, la conceptualización de: “Civilización del Amor”.  
Cortesía del periódico La Información

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