Señor mío y Dios mío, no hay nada más hermoso que sentir cómo después de una jornada dura, Tú posas tu mirada sobre mi
y me haces sentir amado y seguro en tu presencia, contigo me siento protegido y confiado, Tú eres esa fuente de agua viva, en donde vengo
a refrescarme, junto a Ti puedo reflexionar mi día y Tú me iluminas para darme cuenta de mis aciertos y mis errores, a Ti no puedo ocultar te nada, no existen máscaras, pues Tu lo descubres todo, ante Ti quedo como soy y nada se puede esconder de tu mirada, eso me llena de
felicidad, pues Tú me muestras tu amor a pesar de mis debilidades por eso te alabo y te bendigo, porque eres un Dios que derrama abundante
gracia. Contigo construí este día y di un paso más en el camino de mi vida
hacia Ti, te doy gracias por todas las bendiciones que me darás mañana te suplico por todas las personas que están a mi alrededor y que necesitan de Ti, porque Tú las has puesto junto
a mí para ayudarme a construir mi vida. Hasta mañana, Señor.
AMÉN.
P. Alberto Linero Gómez✍
14/12/2018
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
Señor mío y Dios mío, gracias por estar aquí en este momento a mi lado y darme tu fuerza para iniciar este día. Sabes que he tenido pérd...
-
Por Leonor María Asilis Elmudesi El pasado miércoles 8 de mayo se celebró en el Auditorio Monseñor Amancio Escapa de Casa San Pablo la U...
-
El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) ha preparado un seminario virtual por los 133 años de ‘Rerum novarum’ de León XIII...
No hay comentarios:
Publicar un comentario