Señor mío y Dios mío, gracias por el don de la vida, gracias por mi existencia, vivir es un don hermoso, no tengo cómo pagarte todo el bien que me has hecho. Perdóname, porque a veces me quejo por lo que tengo y lo que soy, he renegado muchas veces, no he reconocido lo grande que has sido conmigo al darme Ia posibilidad de existir; enséñame a amar todo lo que me has dado, a valorar todo lo que tengo aunque piense que es poco; Dios, no me he dado cuenta de las riquezas que me has dado en tu infinita misericordia y bondad. Te pido que, en esta noche, me regales un corazón lleno de gratitud y bondad para ver siempre tus maravillas, para no perder la capacidad de asombrarme cada día con el don de la vida. Dios, lléname de la claridad de tu Espíritu Santo para poder actuar con total lucidez y no andar a ciegas como quien no hace bien las cosas y no sabe para dónde va. Dios mío, gracias por regalarme tu Espíritu Santo, Señor y dador de vida.
AMÉN.
P. Alberto Linero Gómez✍
07/12/2018
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