Señor mío y Dios mío, en este momento estoy delante de Ti para darte gracias, porque eres Santo, porque eres bueno, porque eres misericordioso. Aunque yo me aparte de Ti, aunque desobedezca a tu voluntad, Tú permaneces siempre fiel a mi lado; no te puedo ver como a las personas y cosas que me rodean, pero sí puedo experimentarte en mi ser, y hoy, Señor, he podido experimentar cómo me salvas, cómo estás tocando mi mente y mi corazón, para orientar mi vida de acuerdo con tu Palabra, porque has enviado a tu hijo único, nuestro Señor Jesucristo, para que diera su vida por mí. Descubrir todo esto me llena de alegría y me impulsa a continuar, para que siga viviendo con valentía, enfrentando todo lo que vivir implica. Te pido que bendigas a todos aquellos que han pensado hacerme cosas malas, para que tu amor y tu bendición les hagan entender que el camino del mal no conduce a la felicidad. Gracias, porque sé que me vas a proteger siempre y por eso puedo dormir en paz y en serenidad.
Amén
P. Alberto Linero Gómez✍
01/12/2018
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