Señor mío y Dios mío, un nuevo día me regalas, un nuevo día para alabar tu santo nombre, porque eres bueno. Señor del amor, te entrego todo lo que deba vivir en este día. Que tu presencia amorosa, que tu fuerza renovadora, que tu sabiduría ilumine mis pasos en esta jornada que apenas comienza. No quiero desviarme del camino correcto. Sólo quiero estar en tus manos amorosas, sólo sé que si te tengo a Ti seré un vencedor de todo aquello que atente contra mí. Si por algún momento me separo de Ti, atráeme hacia tu amor, yo sé que Tú eres el buen pastor que da la vida por sus ovejas, que deja a las otras noventa y nueve por ir tras la oveja perdida. Gracias, mi Dios, por ser la voz que me guía en este nuevo día. Yo quiero reconocer tu voz de pastor.
Amén.
Por Alberto Linero Gómez✍
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