L a producción y
consumo rápido de las informaciones de todas índoles, como resultado de la
tecnología cibernética, constituye ser el paradigma de trascendencia capital
nacional e internacional, de mayor significación en la sociedad global; donde
se demanda consumo de bienes y servicios de calidad, teniendo que demostrar
eficiencia y eficacia en el ejercicio laboral profesional.
Las sofisticadas computadoras y los teléfonos portátiles inteligentes, hacen de la llamada Era Digital, el logro científico en donde todos los conocimientos disciplinarios e interdisciplinarios, son accesibles a toda la población; con lo que se rompe el hechizo, de que estos eran exclusividad de un reducido grupo de personas, considerados como los privilegiados en tal sentido, asunto este que no tiene razón de ser en la actual sociedad; tildada de moderna, postmoderna, global y cibernética.
El fenómeno de la mundialización, acapara el singular y el plural del pensar intelectual, en donde se incluyen todos los saberes, que han dado origen al progresista y revolucionario tema de la tecnología de Internet; reconociendo su incidencia en el entramado familiar y social, sin ninguna contemplación, lo que le etiqueta como único líder en todas las áreas del conocimiento científico; sirviendo de referente obligatorio, en las complejidades que se dan en los procesos de mejoras investigativas, para que estos puedan mostrar resultados confiables, previniendo y resolviendo situaciones; con lo que se hace posible, mejores condiciones de vida, en amplios sectores de la población nacional e internacional.
La realidad arrodilla el accionar individual y colectivo académico universitario de grado y postgrado; obligándole a tener que auxiliarse del ciberespacio y navegar por las denominadas redes sociales, plataformas y aulas virtuales, para poder ser competente en la sociedad inteligente o de la información global; teniendo que adoptar el sistema de enseñar/aprender y producir el conocimiento, que rompe paradigmas educativos prostituidos en un caudillismo pedagógico tradicionalista, que poco a poco va quedando en el pasado.
El tener que reconocer los significativos avances, que en materia de educación vienen experimentando las universidades en líneas, mantiene al sistema tradicional educativo, quiérase o no, preocupado y a la expectativa; porque la realidad es tan notoria, que sobrepasa incluso fronteras idiomáticas, con el inigualable traductor de Google y el programa cibernético de tabulación digital; solo por mencionar dos cuestiones, dentro de tantas otras maneras de simplificar y pluralizar los conocimientos, sin importar de qué índoles sean.
La Capacidad de romper paradigmas en tiempo récord, es una de las características que posee el sistema cibernético global y del que hay que cuidarse, evitando quedar desplazado y convertido en una especie de reciclaje, por la rapidez de cómo se recibe, consume y se produce el conocimiento, con resultados que van mucho más allá de lo esperado. Lo que indica, que la competencia profesional radica, en la continua preparación intelectual de grado y postgrado, con experiencia práctica y teórica disciplinar e interdisciplinar.
Las sofisticadas computadoras y los teléfonos portátiles inteligentes, hacen de la llamada Era Digital, el logro científico en donde todos los conocimientos disciplinarios e interdisciplinarios, son accesibles a toda la población; con lo que se rompe el hechizo, de que estos eran exclusividad de un reducido grupo de personas, considerados como los privilegiados en tal sentido, asunto este que no tiene razón de ser en la actual sociedad; tildada de moderna, postmoderna, global y cibernética.
El fenómeno de la mundialización, acapara el singular y el plural del pensar intelectual, en donde se incluyen todos los saberes, que han dado origen al progresista y revolucionario tema de la tecnología de Internet; reconociendo su incidencia en el entramado familiar y social, sin ninguna contemplación, lo que le etiqueta como único líder en todas las áreas del conocimiento científico; sirviendo de referente obligatorio, en las complejidades que se dan en los procesos de mejoras investigativas, para que estos puedan mostrar resultados confiables, previniendo y resolviendo situaciones; con lo que se hace posible, mejores condiciones de vida, en amplios sectores de la población nacional e internacional.
La realidad arrodilla el accionar individual y colectivo académico universitario de grado y postgrado; obligándole a tener que auxiliarse del ciberespacio y navegar por las denominadas redes sociales, plataformas y aulas virtuales, para poder ser competente en la sociedad inteligente o de la información global; teniendo que adoptar el sistema de enseñar/aprender y producir el conocimiento, que rompe paradigmas educativos prostituidos en un caudillismo pedagógico tradicionalista, que poco a poco va quedando en el pasado.
El tener que reconocer los significativos avances, que en materia de educación vienen experimentando las universidades en líneas, mantiene al sistema tradicional educativo, quiérase o no, preocupado y a la expectativa; porque la realidad es tan notoria, que sobrepasa incluso fronteras idiomáticas, con el inigualable traductor de Google y el programa cibernético de tabulación digital; solo por mencionar dos cuestiones, dentro de tantas otras maneras de simplificar y pluralizar los conocimientos, sin importar de qué índoles sean.
La Capacidad de romper paradigmas en tiempo récord, es una de las características que posee el sistema cibernético global y del que hay que cuidarse, evitando quedar desplazado y convertido en una especie de reciclaje, por la rapidez de cómo se recibe, consume y se produce el conocimiento, con resultados que van mucho más allá de lo esperado. Lo que indica, que la competencia profesional radica, en la continua preparación intelectual de grado y postgrado, con experiencia práctica y teórica disciplinar e interdisciplinar.
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