30/10/2024

ES NECESARIO ORAR EN UN MUNDO ROTO

 P. Luis Alberto De León Alcántara Email: albertodeleon_011@hotmail.com

Pretender buscar el silencio en una sociedad ruidosa es difícil. Mantener la calma o la paz en nuestro interior a pesar de todo lo que suceda afuera, es una tarea y un compromiso que cuesta. Estamos sumergidos un estilo de vida colectivo con un ritmo muy acelerado. Nos encontramos rodeados de una cultura pluridimensional. Vivimos en un espacio demográfico donde todo el mundo exige sus derechos sin importar que para ello se violen los derechos que poseen también los demás.

En la actualidad, se hace necesario volver a redescubrir el valor de la oración. Regresar a la protección divina. Es conveniente ante una sociedad caótica, un ambiente pansexualizado y una cultura de “descarte”, como ha recordado el Papa Francisco, hacer una parada en el trayecto rutinario de nuestra cotidianidad y entrar en un contacto íntimo con Dios, para ver más allá de nuestras miradas y descubrir soluciones prácticas a nuestros problemas humanos y espirituales.

En la crisis, generalmente algunas personas suelen perder la esperanza, morir sin haber intentado salir de ella y encontrar otros caminos. Los de mentes débiles, se vuelven pesimistas. Pierden la fe en sí mismos y contagian a otros para que al igual que ellos, vivan como las veletas del mar; que se dirigen hacia donde el viento las lleve. Muy contrario al que tiene a Dios como su centro que sin negar las dificultades por las cuales a traviesa, suele mirar la vida desde la fe, cierra los ojos y se lanza a la aventura de la voluntad divina. Lo arriesga todo, pero con la esperanza de hallar a Dios en su travesía. 

Orar y no desmayar, es la actitud de aquel que ha aprendido a depositar todo su ser en Dios. Un ser humano que ha descubierto que la oración es la fuerza del hombre y la debilidad de Dios. Porque los que confían en la oración constante no quedan defraudados, pues al encontrarse en confianza con el Maestro, su espíritu se armoniza, logran ver el mundo de otro color, y son capaces de analizar a la sociedad desde la mirada de Dios.

Benjamín González Buelta, sacerdote jesuita, ha escrito un libro que lleva el mismo título de este artículo. Algunas de sus palabras en torno a la oración, afirman: “Nuestro desafío es orar en este mundo roto, porque la ruptura no es lo último de la sociedad ni de la intimidad personal. En esta coyuntura también crece la obra de Dios como la dimensión más honda de la realidad y de toda persona”. Es decir, la historia humana es dirigida por Dios. Y aunque vivimos muchas noches oscuras, en un lenguaje propio del místico español, san Juan de la Cruz, mientras caminemos en esta vida, tendremos que ir descubriendo los vínculos que nos mantendrán mirando siempre hacia el norte, aunque la fortaleza de nuestra naturaleza quiera retroceder y hacer que pensemos tirar todo por la borda, tenemos que continuar, porque fuimos creados para vencer no para ser vencidos.

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