AIRE96FM

28/05/2025

En cuaresma el Vía Crucis, en Pascua el Vía Lucis.

 IDENTIDAD CATOLICA

Padre Manuel Antonio García Salcedo PhD. Arquidiócesis de Santo Domingo*

De la Pasión Dolorosa de Nuestro Señor Jesucristo a su Gloriosa Resurrección. Preferible el rezo comunitario del Camino de la Luz del Cirio Pascual en procesión. Podemos decir que esta práctica pascual es la explicitación de la estación XV del Santo Vía Crucis: la Resurrección de Jesús, añadida a las 14 clásicas por el Papa San Juan Pablo II.

14 son las estaciones del Vía Lucis, conformadas por las Apariciones del Resucitado, el tránsito de la Ascensión y la experiencia eclesiástica de Pentecostés.

Los cantos que acompañan a cada estación del Vía Lucis han de ser alegres, gozosos y con instrumentos que propicien la celebración festiva. Los 50 días de la Pascua, sus 7 semanas, son ocasión propicia para su rezo, pero más significativo de manera comunitaria ha de ser sábado en la noche, es decir, en las Vísperas del Domingo, que evocan a la ya celebrada Vigilia de Pascua, a su Octava y como renovación y profundización de nuestros compromisos de la Iniciación Cristiana, es decir, Bautismo, Confirmación que se actualizan con nuestra frecuente participación en la Eucaristía, el Pan nuestro de Cada día.

Tomamos las oraciones de la espiritualidad agustiniana, afín al Papa León XIV.

Oración preparatoria:

Señor Jesús, con tu Resurrección triunfaste sobre la muerte y vives para siempre comunicándonos la vida, la alegría, la esperanza firme. Tú que fortaleciste la fe de los apóstoles, de las mujeres y de tus discípulos enseñándolos a amar con obras, fortalece también nuestro espíritu vacilante, para que nos entreguemos de lleno a Ti. Queremos compartir contigo y con tu Madre Santísima la alegría de tu Resurrección gloriosa. Tú que nos has abierto el camino hacia el Padre, haz que, iluminados por el Espíritu Santo, gocemos un día de la gloria eterna. Queremos compartir contigo y con tu Madre Santísima la alegría de tu Resurrección gloriosa. Tú que nos has abierto el camino hacia el Padre, haz que, iluminados por el Espíritu Santo, gocemos un día de la gloria eterna.

Inicia cada estación con la aclamación comunitaria:

V/ Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.
R/ Como anunciaron las Escrituras. Aleluya.
V/ Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo.
R/ Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

Se proclama cada estación y se hace una breve oración acorde a cada una. Se finaliza cada una con el Padre Nuestro, Ave María y Gloria…

1ª estación: ¡Cristo vive! ¡Ha resucitado! (Mateo 28,1-7).

Oración Señor Jesús, hemos querido seguirte en los momentos difíciles de tu Pasión y Muerte, sin avergonzarnos de tu cruz redentora. Ahora queremos vivir contigo la verdadera alegría, la alegría que brota de un corazón enamorado y entregado, la alegría de la resurrección. Pero enséñanos a no huir de la cruz, porque antes del triunfo suele estar la tribulación. Y sólo tomando tu cruz podremos llenarnos de ese gozo que nunca acaba. Amén

2ª estación: El encuentro con María Magdalena (Juan 20,10-18).

Oración Virgen María, Madre de Dios y Madre nuestra, la tradición cristiana nos dice que la primera visita de tu Hijo resucitado fue a ti, no para fortalecer tu fe, que en ningún momento había decaído, sino para compartir contigo la alegría del triunfo. Nosotros te queremos pedir que, como María Magdalena, seamos testigos y mensajeros de la Resurrección de Jesucristo, viviendo contigo el gozo de no separarnos nunca del Señor. Amén.

3ª estación: Jesús se aparece a las mujeres (Mateo 28,8-10).

Oración Señor Jesús, danos la valentía de aquellas mujeres, su fortaleza interior para hacer frente a cualquier obstáculo. Que, a pesar de las dificultades, interiores o exteriores, sepamos confiar y no nos dejemos vencer por la tristeza o el desaliento, que nuestro único móvil sea el amor, el ponernos a tu servicio porque, como aquellas mujeres, y las buenas mujeres de todos los tiempos, queremos estar, desde el silencio, al servicio de los demás. Amén.

4ª estación: El camino de Emaús (Lucas 24,26-27).

Oración Señor Jesús, danos la limpieza de corazón y la claridad de mente para reconocer la verdad. Que nunca negociemos con ella para ocultar nuestras flaquezas, nuestra falta de entrega, que nunca sirvamos a la mentira, para sacar adelante nuestros intereses. Que te reconozcamos, Señor, como la Verdad de nuestra vida. Amén.

5ª estación: La fracción del Pan (Lucas 24,30-31).

Oración Señor Jesús, también nosotros como Pedro y Juan, necesitamos encaminarnos hacia Ti, sin dejarlo para después. Por eso te pedimos ese impulso interior para responder con prontitud a lo que puedas querer de nosotros. Que sepamos escuchar a los que nos hablan en tu nombre para que corramos con esperanza a buscarte. Amén.

6ª estación: El Resucitado se aparece a los discípulos (Lucas 24,38-39).

Oración Señor Jesús, danos la fe y la confianza para descubrirte en todo momento, incluso cuando no te esperamos. Que seas para nosotros no una figura lejana que existió en la historia, sino que, vivo y presente entre nosotros, ilumines nuestro camino en esta vida y, después, transformes nuestro cuerpo frágil en cuerpo glorioso como el tuyo. Amén.

7ª estación: El Resucitado da poder para perdonar los pecados (Juan 20,22-23).

Oración Señor Jesús, que sepamos descubrir en los sacerdotes otros Cristos, porque has hecho de ellos los dispensadores de los misterios de Dios. Y, cuando nos alejemos de Ti por el pecado, ayúdanos a sentir la alegría profunda de tu misericordia en el sacramento de la Penitencia. Porque la Penitencia limpia el alma, devolviéndonos tu amistad, nos reconcilia con la Iglesia y nos ofrece la paz y serenidad de conciencia para reemprender con fuerza el combate cristiano. Amén.

8ª estación: La fe de Tomás (Juan 20,27-28).

Oración Señor Jesús, que sepamos descubrir en los sacerdotes otros Cristos, porque has hecho de ellos los dispensadores de los misterios de Dios. Y, cuando nos alejemos de Ti por el pecado, ayúdanos a sentir la alegría profunda de tu misericordia en el sacramento de la Penitencia. Porque la Penitencia limpia el alma, devolviéndonos tu amistad, nos reconcilia con la Iglesia y nos ofrece la paz y serenidad de conciencia para reemprender con fuerza el combate cristiano. Amén.

9ª estación: Pesca milagrosa (Juan 21,7.11.13).

Oración Señor Jesús, haz que nos sintamos orgullosos de estar subidos en la barca de Pedro, en la Iglesia. Que aprendamos a amarla y respetarla como madre. Enséñanos, Señor, a apoyarnos no solo en nosotros mismos y en nuestra actividad, sino sobre todo en Ti. Que nunca te perdamos de vista, y sigamos siempre tus indicaciones, aunque nos parezcan difíciles o absurdas, porque solo así recogeremos frutos abundantes que serán tuyos, no nuestros. Amén.

10ª estación: Pedro, el guía (Juan 21,15).

Oración Señor Jesús, que sepamos reaccionar ante nuestros pecados, que son traiciones a tu amistad, y volvamos a Ti respondiendo al amor con amor. Ayúdanos a estar muy unidos al sucesor de Pedro, al Santo Padre el Papa, con el apoyo eficaz que da la obediencia, porque es garantía de la unidad de la Iglesia y de la fidelidad al Evangelio. Amén.

11ª estación: El envío de los discípulos (Mateo 28,19-20).

Oración Señor Jesús, que llenaste de esperanza a los apóstoles con el dulce mandato de predicar la Buena Nueva, dilata nuestro corazón para que crezca en nosotros el deseo de llevar al mundo, a cada hombre, a todo hombre, la alegría de tu Resurrección, para que así el mundo crea, y creyendo sea transformado a tu imagen. Amén.

12ª estación: Retorno al Padre (Hechos 1,11).

Oración Señor Jesús, tu ascensión al cielo nos anuncia la gloria futura que has destinado para los que te aman. Haz, Señor, que la esperanza del cielo nos ayude a trabajar sin descanso aquí en la tierra. Que no permanezcamos nunca de brazos cruzados, sino que hagamos de nuestra vida una siembra continua de paz y de alegría. Amén.

13ª estación: La espera del Espíritu (Hechos 1,14).

Oración Señor Jesús, tú que fortaleciste la fe de los apóstoles, de las mujeres y de tus discípulos enseñándolos a amar con obras, fortalece también nuestro espíritu vacilante, para que nos entreguemos de lleno a Ti. Queremos compartir contigo y con tu Madre Santísima la alegría de tu Resurrección gloriosa. Amén.

14ª estación: El Resucitado envía el Espíritu prometido (Hechos 2,2-4).

Oración Dios Espíritu Santo, dulce huésped del alma, consolador y santificador nuestro, inflama nuestro corazón, llena de luz nuestra mente para que te tratemos cada vez más y te conozcamos mejor. Derrama sobre nosotros el fuego de tu amor para que, transformados por tu fuerza, te pongamos en la entraña de nuestro ser y de nuestro obrar, y todo lo hagamos bajo tu impulso. Amén.

Se concluye con la oración final:

Señor y Dios nuestro, fuente de alegría y de esperanza, hemos vivido con tu Hijo los acontecimientos de su Resurrección y Ascensión hasta la venida del Espíritu Santo; haz que la contemplación de estos misterios nos llene de tu gracia y nos capacite para dar testimonio de Jesucristo en medio del mundo. Te pedimos por tu Santa Iglesia: que sea fiel reflejo de las huellas de Cristo en la historia y que, llena del Espíritu Santo, manifieste al mundo los tesoros de tu amor, santifique a tus fieles con los sacramentos y haga partícipes a todos los hombres de la resurrección eterna. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén

Les invito a rezar en comunidad el Santo Vía Lucis.

*Doctor en Teología Católica

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