28/12/2018

Acróstico para el Tiempo de Navidad

Pbro. Felipe de Jesús Colón Padilla
 El autor es, Juez del Tribunal Eclesiástico


N avidad, siete palabras que nos hablan del nacimiento del Niño Jesús nacido de la Virgen María para nuestra salvación. ¿Nos hemos dejado envolver de la ternura del Niño Dios? ¿Ahora camino en la luz resplandeciente,  o continúo anclado en la oscuridad de la noche?
A dviento, fue el tiempo de preparación donde cada cristiano hizo de su corazón la cueva de Belén. Si nos esmeramos organizando en equipo una visita especial, cuanto más si se trata del Emmanuel, del Dios hecho hombre.
V alorar este tiempo de gracia y de alegría, es propio del que reconoce que el Hijo de José y de María, ha llegado a nuestras vidas  para restaurar nuestros sentidos, la mente y el corazón.
I r de aquí para allá o de allá para acá,  sin rumbo fijo, es característico  del que sigue arrastrándose en la cultura de muerte, que solo acumula resentimiento, odio y deseos de venganza. Jesús nos ha nacido para liberarnos de todo pecado.
D ar regalos materiales a nuestros seres querido es típico de este tiempo. Muestra lo valioso e importante que es esa persona para nosotros. Pero cuidado con descuidar el mejor de los regalos: Jesús, que se nos regala en cada eucaristía, que vierte sus dones especiales de aquél que lo invoca sinceramente en la intimidad de la oración.
A Jesús le preocupa muchas situaciones del mundo de hoy, como el hambre, la corrupción, la impunidad, las injusticias,  el afán de algunos  de perpetuarse en el poder, la poca fraternidad, el desempleo, los matrimonios en crisis. Estamos llamados a sobrevivir afrontando, sin miedos,  al Herodes de turno, por eso Jesús nos dice: “No teman”. Palabra que encierra, coraje, valentía. Que el Verbo hecho carne en María, siempre Virgen, nos acompañará todos los días hasta el fin del mundo.
D ios, finalmente, se hace pequeño en el vientre de una mujer, María, para instalarse en un pesebre desvencijado, jamás quiso los palacios de lujos que huele a vanidad, ostentación y poderío, sino que prefirió nacer en pobreza, para dar al mundo su gran riqueza: La Palabra que ilumina y transforma la vida del ser humano. ¡¡ Feliz Navidad!! Y un Nuevo Año lleno de paz, salud y amor.

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