Viernes, 21 de diciembre de 2018
Señor mío y Dios mío, mi corazón hoy al iniciar el día exulta en alabanzas para Ti. Todas las palabras se quedarían cortas para poder expresarte toda la alabanza que emerge de mi corazón hoy. Señor, escucha, con palabras sencillas o rebuscadas, si en silencio o si grito, si levanto mis manos o si estoy en cualquier posición, si estoy a solas o si voy en un bus... no importa, lo que a Ti te importa es que sea una alabanza sincera. Te alabo en verdad por todo lo que haces en mi vida. Porque desde el despertar puedo sentir tu fuerza, tu amor, tu compañía. Te alabo porque Tú me haces permanecer firme en la batalla de la vida. Te alabo porque, sencillamente, ¿qué sería de mi vida si Tú no hubieras llegado a ella? Todos los días me renuevas y me infundes tu aliento que me lleva a vivir en libertad. Te alabo porque me has invitado a seguirte, a servirte y me he podido encontrar contigo de una manera más real. Te alabo y me uno a la alabanza que toda la creación te rinde.
AMÉN.
P. Alberto Linero Gómez✍
21/12/2018
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