Domingo, 30 de diciembre de 2018
Señor mío y Dios mío, buenos días; me basta experimentarme vivo para saber que desde ya me estás bendiciendo. Me basta saber que me has llenado de muchas cosas buenas y que has puesto en mi corazón una alegría que no se marchita. Gracias por no equivocarte conmigo, por haberme hecho bien, por haber retratado en mi vida tu amor infinito. Gracias, porque me doy cuenta que cada una de las cosas que has hecho en mi vida, las has hecho con amor. Tú has pensado en mí, has pensado en poner en mi corazón cosas hermosas y eso me hace sentir tranquilo. Gracias por haberme hecho con amor, con dulzura, por haberme regalado un corazón para amar plenamente y, sobre todo, por darme las fuerzas que necesito todos los días para salir adelante. Te entrego mi corazón en este momento y te pido que me des la gracia de ser feliz, que pueda vivir consciente de tu amor y tu compañía. Bendito y alabado seas por siempre, mi Señor.
AMÉN.
Por Alberto Linero Gómez✍
30/12/2018
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
-
Señor mío y Dios mío, gracias por estar aquí en este momento a mi lado y darme tu fuerza para iniciar este día. Sabes que he tenido pérd...
-
Por Leonor María Asilis Elmudesi El pasado miércoles 8 de mayo se celebró en el Auditorio Monseñor Amancio Escapa de Casa San Pablo la U...
-
El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) ha preparado un seminario virtual por los 133 años de ‘Rerum novarum’ de León XIII...
No hay comentarios:
Publicar un comentario