Señor mío y Dios mío, mis palabras, al ir concluyendo este día, vienen cargadas de muchos sentimientos, de muchas emociones. Durante todo el día di la pelea de mi vida. Cada día busco ser feliz, por eso quiero pedirte que me regales nuevas fuerzas. Tú conoces los sueños que hay en mi corazón, sabes todo lo que espero, todo lo que anhelo, y sabes que en ocasiones cada una de esas cosas se esfuman por el hecho de que no puedo alcanzarlos rápidamente. Quiero ser agradecido, lamentablemente, a veces cuando estoy en oración vienen a mi mente los pensamientos de lo que anhelo, de lo que me hace falta, pero hoy quiero esforzarme por ver tu bendición en cada cosa que me pasa; te agradezco por lo que he vivido, te agradezco por mi presente y te agradezco, aún más, por el futuro, por lo que no ha llegado, sólo sé que vivo con la esperanza en que cada día podrá ser mejor; gracias por la sabiduría que me das, por la fe que le das a mi corazón, gracias por lo que me rodea, gracias por todo.
Amén.
Por Alberto Linero Gómez✍
No hay comentarios:
Publicar un comentario