Por P. Wilkin Castillo, San Juan de la Maguana
Estamos en el primer Domingo de Cuaresma, una oportunidad que se convierte en camino a recorrer a lo largo de cuarenta días es necesario hacernos fuerza a nosotros mismos para orar más, ayunar más, hacer penitencia, practicar la solidaridad y el desprendimiento con los hermanos como un itinerario de cambio de vida y transformación personal.
Nos dirá el Evangelio que: “En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y, durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo.” Aquí hay una palabra clave y es la palabra Espíritu, que paradoja, mientras el Espíritu lleva, guía, conduce a Jesús por el desierto es tentado por el Diablo, ha sido una constante en la historia de salvación a mayor unción, elección, consagración, mayor tentación.
Todo aquel tiempo estuvo sin comer, y al final sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: “Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan.” Interesante hoy Jesús nos muestra un ayuno prolongado, es por ello por lo que al final siente hambre, aquí damos respuesta a una afirmación que contiene el Credo cuando nos dice: “Dios y hombre verdadero.” Jesús le contestó a Satanás para contrarrestar su propuesta, “Está escrito: “No sólo de pan vive el hombre.” Mis hermanos es necesario comer para vivir y no vivir para comer.
Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo: “Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo.”
Esta propuesta a simple vista se ve sencilla, pero no lo es, ya que si Jesús se arrodilla frente a Satanás está reconociendo primero que Satanás es dueño y señor de todo cuanto existe y de todo cuanto es, segundo inmediatamente está renunciando a ser el Mesías esperado, el Dios con nosotros, perdiendo su condición divina y angelical. A lo que Jesús le contestó: “Está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto.
Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: “Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: “Encargará a los ángeles que cuiden de ti”, y también: “Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras.” Por lo visto Satanás quiere sembrar en el corazón de Jesús la duda, es decir, que llegue a dudar que realmente él es el Hijo de Dios.
Jesús le contestó: Está mandado: “No tentarás al Señor, tu Dios.” Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión. En todo este pasaje podemos notar la destreza, resiliencia, actitud de Jesús para enfrentar a Satanás y sus odiosas tentaciones, pero también podemos ver la constancia y determinación de Satanás por vencer a Jesús el Hijo de Dios, vencer a Jesús es vencer la humanidad.
Que en esta cuaresma podamos todos hacer frente a las tentaciones del maligno y al igual que Jesús las venzamos y llenos de luz nos adentremos más tarde a la gran fiesta pascual, reservada para los valientes y aguerridos.
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