AIRE96FM

29/06/2025

DOS PILARES

 Por P. Wilkin Castillo, San Juan de la Maguana

En este domingo celebramos la Solemnidad de San Pedro y San Pablo, Apóstoles, sin dudas dos columnas fuertes de la Iglesia para la difusión y maduración del mensaje evangelizador.

Es oportuno resaltar ambas figuras San Pedro por su parte extrovertido e inquieto, quien lo negó, pero lo amó y Pablo el hombre firme y decidido en cuanto a su actuar, aquel que lo persiguió, pero lo siguió.   

En la primera lectura del libro de los hechos de los Apóstoles se hace referencia directa a San Pedro, pues en el proceso de persecución de los cristianos el rey Herodes lo había metido a la cárcel, custodiado por cuatro soldados.

Sirve de poco estar custodiado por soldados terrenos, cuando el gran soldado celestial que es Dios ya hace mucho cuida de sus elegidos, es el caso de San Pedro.  

Por eso la noche antes de que Herodes sacara a Pedro, él estaba durmiendo entre dos soldados, atado con cadenas. Es inoperante los elegidos por Dios estén atados con cadenas terrenas cuando Dios mismo es nuestra mayor libertad y el defensor que no duerme.

Con la presencia del Ángel se iluminó la celda y la vida de Pedro y tocando a este hombre ordenándole que se levantara de prisa es en ese momento donde se caer las cadenas rotas de su mano, el ángel le pide que se ponga el cinturón y las sandalias como señal de que era hora de echar a andar, se puso el manto y siguió el Ángel del Señor.

La experiencia de Pedro marcó su vida y pudo ver con sus ojos como Dios camina a su lado y como lo libró de las manos opresoras y crueles de Herodes y de sus secuaces. 

Así como Dios libró a Pedro de la mano de sus enemigos, hoy nos libra a nosotros también de las manos del enemigo. El salmo responde a este sentir: “El Señor me libró de todas mis ansias”

En la segunda Lectura de la Segunda Carta del Apóstol San Pablo a Timoteo, San Pablo muy satisfecho hace un recuento del proceso de su trabajo evangelizador: “He combatido bien mi combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, juez justo, me premiará”

San Pablo reconoce al Señor como aquel que lo acompaño y lo ayudó con fuerza para anunciar íntegro el mensaje, de modo que lo oyeran todos los gentiles, es decir, aquellos que eran considerados indignos de recibir el mensaje de Dios por medio de su palabra y de su evangelización. Incluso San Pablo reconoce que Dios lo libro de la boca del león, hablando en un lenguaje figurado. “El Señor me seguirá librándome de todo mal, me salvará y me llevará a su reino del cielo.”

El Evangelio es el famoso pasaje de San Mateo, donde Jesús pregunta de manera insistente sobre quien dice la gente que es él, en ese mismo orden pregunta también sobre quien es él para los discípulos cercanos. A lo que Simón Pedro tomó la palabra y dijo: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.” Jesús le respondió: “¡Dichoso tú, Simón, ¡hijo de Jonás! porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo.”

Es donde Jesús aprovecha para darle a Pedro su misión, hora te digo yo: “tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará.” Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo”.

Santísima Trinidad. Ciclo C

Solemnidad: Domingo de Pentecostés. Ciclo C

Solemnidad: Ascensión del Señor. Ciclo C

VI Domingo de Pascua. Ciclo C

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