Pbro. Felipe de Jesús Colón Padilla
El autor es, Juez del Tribunal Eclesiástico
La Fiesta de Pentecostés, es una festividad universal de la iglesia,
mediante la cual se conmemora el descendimiento del Espíritu Santo sobre los
Apóstoles a los cincuenta días después de la triunfante Resurrección de Cristo,
en el festival judío llamado festejo de las semanas o Pentecostés.
El libro de los Hechos de los Apóstoles, en el capítulo 2, del
1-11, nos narra este significativo episodio donde el Espíritu Santo en forma de
lenguas de fuego se posó sobre todos los que estaban allí reunidos. Dos hechos
sorprenden a los Apóstoles. La primera sorpresa del grupo es que todos
empiezan hablar en idiomas diferentes, y la segunda, cada uno habla de las
maravillas de Dios, es decir, como Dios obraba en ellos, y todos se
llenaron del Espíritu Santo.
Frente a las múltiples formas de abuso de la tierra que constatamos hoy,
escuchamos casi el gemido de la creación, del que habla san Pablo (cf. Rm 8,
22); comenzamos a comprender las palabras del Apóstol, es decir, que la
creación espera con impaciencia la revelación de los hijos de Dios, para ser
libre y alcanzar su esplendor.
Sí, la creación y la historia nos esperan; la patria de Duarte, esperan
hombres y mujeres que sean de verdad hijos de Dios, que tengan sensibilidad por
la suerte de los más desposeídos.
Hace falta en el pueblo dominicano, una urgente renovación de la
mente y el corazón, para que los que han sido elegidos por el pueblo, ejerzan
un servicio transparente y honesto. Nunca hemos de buscar el propio bienestar,
sino, y sobre todo, el de la familia dominicana.
Cómo explicarle al que, despiadadamente, se ha dedicado a sustraer con
descaro los fondos públicos, que en definitiva, es dinero es de todos los
contribuyentes. Ese ahorro económico es un fondo para invertirlo en salud,
educación, vivienda, aplicando la justicia social.
Es imposible salir de la pobreza, endeudando el país con cifras
desmesuradas. Sin visión de futuro. Al ritmo que vamos, la economía colapsará.
Tenemos el compromiso social de vigilar para quienes nos gobiernan, lo hagan
bien.
Hace falta también renovarnos ante el afán pretendido de eternizarse en
el poder. La formación académica ayuda a un pueblo a que hombres probos, puedan
ocupar la cosa pública, según lo estipula la ley, y no más del tiempo
establecido en la Constitución de la República.
Recordamos lo que significa la palabra República, el cual viene del
latín Rex, que significa “cosas”; y Públicus, que significa “la cosa de todos”.
Dominicana, viene del latín Domini, que significa “Señor”; y de la palabra
Cannis, que significa, “guardián”. Al juntar dominicannis se ha traducido como
“Guardián de Dios”. República Dominicana, significa la tierra de los guardianes
de Dios. ¿Hemos sido centinela de los mejores destinos de nuestro país?
Estamos llamados a ser guardián de nuestro hermano, ese que es tu
pariente. El vecino que todos los días nos dice: “buenos días”. El
maestro que te enseña en el aula de clases. El chofer que te transporta con
alegría a tu destino. El médico que cura tus enfermedades, o el que simplemente
te presta cualquier servicio y te sonríe.
Que la alegría de Pentecostés, nos haga hablar el lenguaje del amor, de
la unidad, y del respeto a las leyes establecidas. Que el fuego de su luz
nos ilumine para que desaparezca la corrupción y la impunidad. Que el Espíritu
Santo nos inspire, para que reine la verdad, la justicia y la honestidad.
Solemnidad de Pentecostés
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